Desde finales de la década de los 90, la cirugía estética ha ganado popularidad en España y, con ello, ha empezado a ser cada vez más común que adolescentes y jovencitas pidan una intervención como regalo de cumpleaños. Ante esta situación, algunos cirujanos se han posicionado muy claramente: un menor de edad aún no tiene la capacidad de reflexión necesaria como para decidir si debe o no someterse a una cirugía estética. Sin embargo, otros opinan que tampoco se puede generalizar el grado de madurez de todos los menores de edad, que existen casos particulares en las que una operación es necesaria para evitar complejos y asegurar el bienestar del adolescente. Entonces, ¿es aconsejable o no lo es?
En Dr. Junco, Cirugía Plástica y Estética somos más partidarios del segundo punto de vista. La adolescencia (de los 12 a los 21 años, aproximadamente) es posiblemente la etapa más dura del individuo, tanto en temas familiares y sociales como en temas físicos, sexuales o emocionales. El adolescente no es niño ni es adulto, es alguien intermedio repleto de conflictos por causas hormonales, fisiológicas. Es una etapa de lucha por la maduración y por la consolidación de la personalidad, de cambio físico y psíquico. Si, en este contexto, aparece un defecto físico importante, el individuo sufre por sí mismo y por los comentarios del grupo al que pertenece, que en ocasiones se sueltan sin piedad.
Ante un adolescente que sufre, lo mejor es buscar el consenso entre el propio individuo, los padres, el cirujano plástico y, algunas veces, el psicólogo, para así actuar y detener dicho sufrimiento y mejorar la autoestima. Si el defecto físico solo se encuentra en la mente del adolescente, entonces podemos estar ante un cuadro de dismorfofobia, en cuyo caso es mejor el tratamiento psicológico. Si, de lo contrario, el defecto en cuestión tienen un repercusión verbal o incluso física, es preciso intervenir. La cirugía estética tiene mucho que aportar, siempre de forma individualizada y personalizada.
Cabe destacar, sin embargo, que el estado en el que se debe encontrar un paciente para ser operado es en el momento en el que haya finalizado su etapa de desarrollo. Pero, si el desgaste por su defecto físico es preocupante, entonces se tiene que intervenir quirúrgicamente.
¿Cuáles son las intervenciones más comunes a las que se someten adolescentes y jóvenes?
Son muy habituales las operaciones de narices excesivamente desarrolladas o desviadas, de mamas que no se han desarrollado de forma normal (que han quedado muy pequeñas, por ejemplo), de orejas de soplillo, de acúmulos grasos muy desproporcionados y localizados, de un excesivo desarrollo de las mamas, etc. Defectos de carácter importante que puede afectar directamente al bienestar y la autoestima del paciente.
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