Verse bien y sentirse a gusto con el propio cuerpo no es patrimonio exclusivo de las mujeres. Los hombres también quieren lucirse y muchos han perdido el pudor a pasar por el quirófano para corregir y mejorar alguna parte de su cuerpo. Ellos desean tener un tórax firme y bien contorneado pero, en ocasiones, las largas sesiones el el gimnasio no dan los frutos deseados, sobre todo cuando el problema tiene una base más compleja. Es el momento indicado para plantearse la existencia de ginecomastia.
Los hombres que han sufrido un desarrollo excesivo de las mamas por diferentes motivos suelen estar muy acomplejados por ello y este complejo les influye en su vida cotidiana. El origen más frecuente suele ser un desequilibrio hormonal durante la pubertad aunque en los últimos años han aumentado los casos debidos al uso de sustancias anabolizantes para conseguir aumentar el volumen de la musculatura de forma rápida. La cirugía de la ginecomastia es un procedimiento para extirpar la grasa y el tejido glandular de la zona pectoral. En casos extremos, también se extirpa piel sobrante dando lugar a un tórax plano, firme y contorneado. En un tratamiento normal, la incisión se hace en una zona poco visible como el reborde inferior de la areola. Dependiendo de la causa del sobredesarrollo mamario se empleará un procedimiento u otro. Si la ginecomastia consiste tan solo en retirar el exceso de tejido graso, se realiza mediante liposucción. Si se trata de casos más severos, en los que el problema es un exceso glandular, se emplea el bisturí para quitar el exceso de tejido glandular, la grasa y, si es preciso, la piel sobrante.
Aunque no es frecuente oir hablar de este problema, es bastante común y se calcula que afecta a un 40-60% de los hombres, en mayor o menor grado. Los resultados de una ginecomastia son significativos y permanentes, logrando una gran satisfacción de los hombres que ya pueden lucir un torso firme y definido.
