El Dr. Junco señala que el origen del problema se encuentra en un mal asesoramiento y a la sobre indicación de rellenos en contraposición de utilizar hilos tensores o un lífting facial.
El tiempo indiscutiblemente pasa para todos, y retrasar los signos de la edad en la piel es un arte tratado por manos expertas que funciona y da visibles resultados como el caso de Julia Roberts o Penélope Cruz, pero también son muchas las caras conocidas que no han elegido bien a sus médicos y cirujanos estéticos y que ahora sufren las consecuencias… La consecuencia más común es sin duda el síndrome Pillow Face (cara de almohada) o el Facial Overfilled Syndrome (FOS), que se refiere a caras con exceso de rellenos dérmicos. Un ejemplo de ello, son Tom Cruise, Sylvester Stallone, Nicole Kidman y Meg Ryan, entre muchos otros.
Está claro que las personas que acuden a la medicina estética lo hacen para verse mejor, estar a gusto consigo mismos y ganar autoestima, pero no siempre se cumplen las premisas y es que ¡No todo vale! El problema llega cuando se pierde naturalidad en los rasgos, expresividad en el gesto y vemos rostros con un exceso de volumen o hinchazón en ciertas partes del rostro como en los labios, pómulos o de modo generalizado en el óvalo de la cara.
En los casos más leves, algunos pueden mantener cierto aspecto juvenil, pero en el fondo han perdido su gesto, su esencia y el equilibrio de las formas. Esto si no se han visto con una cara totalmente hinchada y deformada.
Tal y como indica el Dr. Junco, hay dos factores importantes que condicionan el envejecimiento a partir de los 28-30 años, “la pérdida de grasa facial (superficial y profunda) y la pérdida de elasticidad de la piel provocando descolgamiento por exceso de esta”. Y para devolver el volumen de grasa perdido y conseguir un retensado leve/moderado de la piel, el AH (ácido hialurónico) es la principal sustancia de relleno que usamos de forma rápida y en consulta, sin cirugía.
Pero, el doctor señala, “cuando la grasa está repuesta y todavía persiste descolgamiento, una alternativa en casos muy leves y puntuales puede ser el uso de hilos tensores (su efecto es de un año de duración), pero la principal solución es el lífting facial ya que es la única manera de eliminar ese exceso de piel, por lo que en este caso tendrá que realizarse una cirugía”.
Tras 16 años dedicados tanto a la cirugía estética como a la medicina estética en toda su extensión, el Dr. Junco afirma, que “cuando se sobre indica el uso de rellenos y se excede el uso para conseguir además tensado y elevación de la piel descolgada en vez de indicar una cirugía de lífting, es cuando aparecen este tipo de caras hinchadas y visiblemente deformadas”.
Por este motivo, señala “la importancia de un buen asesoramiento y visión amplia de opciones médicas y quirúrgicas para afrontar cada preocupación estética”.
Imagen de esquire.com
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