Se dice que la cara es el espejo del alma, está claro que el rostro es muy importante en nuestra imagen, pero si hay una parte del rostro que dice mucho de nosotros mismos son los ojos y la mirada. Es frecuente ver personas que tienen bolsas, lo cual les produce un gran complejo porque son difíciles de atenuar o disimular con maquillaje u otros productos. También existe mucho complejo por la caída de los párpados superiores, ya que nos envejecen y nos dan un aspecto de cansad@s.
Existe una solución a todos estos casos como es la blefaroplastia o la cirugía de párpados. Se trata de un procedimiento quirúrgico para extraer la grasa y el exceso de piel y músculo de los párpados superiores o inferiores. La blefaroplastia pretende corregir la caída de los párpados superiores y las bolsas que se producen en los párpados inferiores. No debemos entender la blefaroplastia como un procedimiento para eliminar las arrugas o patas de gallo, ni la caída de las cejas, que no pueden solucionarse mediante la cirugía de párpados.
Someterse a la blefaroplastia está indicado cuando se busca una mejoría considerable, que no la perfección absoluta, en la apariencia de la mirada. Normalmente las personas que se someten a la blefaroplastia tienen entre 35 años o más, pero también hay personas muy jóvenes que por tendencia familiar tienen bolsas y quieren eliminarlas cuanto antes.
Por lo tanto, la blefaroplastia o cirugía de párpados está destinada a mejorar la apariencia de nuestra mirada y a proporcionarle un aspecto menos cansado y más fresco, las bolsas y la caída del párpado superior hacen que parezcamos más fatigados o incluso mayores. El resultado de la blefaroplastia es normalmente muy favorable y duradero, las bolsas no suelen reaparecer.