Es evidente que una de las partes fundamentales de la figura femenina en términos de sensualidad son los glúteos, ya que unos glúteos atractivos pueden convertir a una mujer normal en una mujer sensualmente atractiva.
Por ello la operación de aumento de glúteos o gluteoplastia es una de las operaciones más demandadas en la cirugía estética, junto al aumento de pechos y la rinoplastia.
El aumento de glúteos o gluteoplastia puede realizarse de dos maneras:
- Mediante la colocación de implantes o prótesis para dar la forma deseada a la nalga.
- A través de una inyección de grasa que se le extrae al propio paciente de otra parte del cuerpo y se inyecta directamente en el glúteo.
Lo más habitual es que la intervención se realice mediante la colocación de una prótesis, porque ofrece ciertas garantías de permanencia y de éxito, además de tratarse de una operación relativamente sencilla.
Basta con realizar una pequeña incisión en la línea que separa ambos glúteos, con lo que la cicatriz será imperceptible a la vista, y desde allí se accede a colocar la prótesis en el lugar adecuado para generar el efecto deseado.
Pero, ¿qué tipo de prótesis se usa en los aumentos de glúteos?
Aunque tradicionalmente se venían colocando prótesis de silicona rellenas de gel de silicona, lo cierto es que últimamente se ha evolucionado en las técnicas y la tendencia es la utilización de prótesis bidimensionales.
Estas prótesis están rellenas de un gel cohesivo, en lugar de líquido, con lo que se adapta perfectamente a la morfología de cada glúteo, ya que varía de paciente a paciente, y así se consigue un efecto más natural.
En definitiva, se trata de una intervención relativamente sencilla que no suele ocasionar ninguna complicación posterior, con los pacientes luciendo unos glúteos atractivos y sensuales tras un pequeño período de recuperación de la zona intervenida.
Y aunque es una operación que tradicionalmente se realizaba sólo en mujeres, lo cierto es que en los últimos años el número de hombres que se están sometiendo a ella va en aumento, como consecuencia de la importancia generalizada que la imagen empieza a tener también entre el género masculino.