Cirugía plástica, rostro e identidad

Pese a las modas de cada época y los gustos personales, la ciencia ha definido algunos patrones de belleza a la largo de los años. Actualmente, los rostros más bonitos son aquellos que mantienen medidas proporcionales: la distancia del nacimiento del cabello al principio de la nariz es la misma que la de la nariz a la boca y de la boca al final de la barbilla. La frente ancha, las cejas altas y los ojos ligeramente separados también coinciden en los rostros más bellos. La perfección pasa por estos rasgos, y muchos son los pacientes que acceden a los pequeños retoques para conseguirlo. La cirugía plástica puede transformar el rostro y, de este modo, alterar la identidad de una persona.

La idea principal de los cirujanos y los métodos que utilizan es estudiar los rasgos y la fisonomía de una persona para rejuvenecer su rostro o cambiar su aspecto con naturalidad. Un estudio previo del rostro de la persona, establecer un diagnóstico para observar cómo era el paciente antes, qué quiere cambiar, analizar su fisonomía, los músculos faciales, los huesos, la piel… Antes de realizar pequeños retoques, es necesario valorar el volumen y las proporciones del rostro, para que el cambio quede integrado y se vea natural. Por mucho que el paciente se lo pida, el cirujano debe ser realista con los resultados y aconsejar al mismo, sobre todo cuando éste solicita alguna intervención que el profesional no ve con buenos ojos para su caso.

El exceso de pequeños retoques, un cambio de identidad

El problema suelen ser aquellas personas que tienen profesiones en las que dependen en buena medida de su imagen. Los famosos suelen reclamar cambios muy bruscos que seguramente no les convienen, como es el caso de Rourke, Nicole Kidman o Meg Ryan. La verdad, la presión para verse joven y sujeto a los cánones de belleza de la actualidad se multiplica cuando tu trabajo depende de cómo te ven los demás, cuando depende de tu imagen.

La apreciación de la anatomía de cada persona es realmente compleja y valorar si soy o no soy guapo es completamente algo subjetivo. A veces, la percepción de uno mismo no tiene nada que ver con la realidad anatómica de cada persona. Por ello, los pacientes se equivocan y es el cirujano quien tiene la responsabilidad de guiarlos.

La cara natural perfecta

Según un estudio realizado a través de un concurso televisivo en 2012, Florence Colgate es la persona que tiene la cara natural matemáticamente más perfecta del mundo. Tal y como indican los investigadores de la Universidad escocesa St. Andrews, la teórica perfección de Florence se debe a que tiene todos los señales de la belleza clásica: un cutis claro, los ojos azules, los pómulos prominentes y los labios carnosos, además de presentar la fórmula científica precisa en cuanto a proporciones.

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About the Author

Dr. Oscar Junco

El Dr. Óscar Junco es Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Barcelona. Inicia su especialidad en 1999 en el Hospital Universitario Vall d´Hebron en Barcelona, en la Unidad de Cirugía Plástica y Quemados. Desde 2009 dirige su propio equipo “Dr. Junco, Cirugía Plástica y Estética” con sede en Hospital Cima, Barcelona.

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