Vivimos en la sociedad de la imagen, en la que no seguir determinados cánones de belleza pueden suponer un arrinconamiento social de gran calado, lo que nos convierte en presos de nuestras propias obligaciones para con nuestra imagen personal o bien carne de depresiones varias.
Ello hace que una de las principales consultas que todas las clínicas estéticas tienen estén relacionadas con el tema de la pérdida de peso o de la reducción de grasa de determinadas partes de su cuerpo.
Sin embargo, en demasiadas ocasiones los pacientes acuden a las clínicas con unas expectativas que no pueden ser reales, ya que en lugar de un tratamiento de cirugía estética lo que están buscando realmente es un milagro.
Los milagros no existen, y menos en medicina. La cirugía estética ayuda a mejorar aspectos particulares de nuestra imagen pero no nos puede dar otra totalmente diferente, y en términos de obesidad este hecho se aplica de una manera absoluta.
Antes de que un paciente se puede empezar a plantear la posibilidad de realizar una intervención de cirugía estética con la que mejorar su imagen eliminando parte de la grasa acumulada debe de tratar de perder peso por sí mismo, siguiendo una dieta debidamente controlada por un especialista.
Sólo si las dietas no han funcionado de verdad en una zona en concreto es el momento de empezar a plantear la posibilidad de realizar una intervención de cirugía estética, que ayudará a eliminar la grasa que no se ha eliminado con la dieta.
¿Y qué sucede en los casos de obesidad mórbida?
En estos casos la cirugía estética ayuda a recomponer la figura después de la primera intervención de cirugía general, que se llama cirugía bariátrica. Con esta intervención se consigue que el paciente pierda gran parte de su peso sobrante.
En ese momento es cuando aparece la cirugía estética, que tiene que hacer frente al descolgamiento de piel que se ha producido como consecuencia de la grasa que ha desaparecido.
Habitualmente se realiza una abodominoplastia (para resolver el abdomen descolgado), una elevación de las mamas, un lifting facial y de muslos, un braquioplastia (para los brazos), etc.
Es decir, que se necesitan toda una combinación de intervención quirúrgicas estéticas que ayuden a que, una vez eliminado el exceso de grasa del paciente, éste pueda presentar una figura corporal adecuada.
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