Para algunos, el constante auge de la cirugía estética y la preocupación por la belleza está calando demasiado en nuestra sociedad. Ideales, prototipos y patrones se sumergen en las mentes de menores de edad y adolescentes, creando complejos innecesarios e infundados. La verdad, el principal objetivo de la cirugía estética es remodelar el cuerpo para eliminar imperfecciones, aumentar la autoestima del paciente y velar por su salud, todo ello como método para combatir el paso de los años. En plena fase de crecimiento, esto es, antes de los 18 años, no es aconsejable someterse a ninguna intervención, preservando la salud física y psíquica de los pacientes menores.
¿Por qué los adolescentes contemplan la cirugía estética?
En primer lugar, actúan como respuesta a la imposición de patrones culturales por parte del mercado, que pueden llevar a la no aceptación del propio cuerpo en un momento en que su propia subjetividad se está constituyendo. De hecho, muchos son los cirujanos en España que coinciden en esta limitación de edad. Las operaciones de pecho, por ejemplo, son desaconsejables por el hecho de que esta zona no se consolida hasta los 18 años aproximadamente.
Por otro lado, expertos en salud mental creen que una paciente adolescente no es aún capaz de imaginar cómo será su cuerpo en el futuro, por lo que puede realizarse cambios que posteriormente le lleven a un arrepentimiento. Aunque la mayoría de adolescentes pueda aprender de sus errores, las cirugías estéticas y plásticas no son reversibles. Por ello, la decisión de someter a una persona menor de edad a una intervención estética recae en los padres, pero también en el cirujano. Es tarea de los padres concienciar sus hijos, pero también es tarea del cirujano plástico desaconsejar intervenciones que podrían ser perjudiciales e inadecuadas.
Sin embargo, ¿qué ocurre cuando realmente existe una afectación psicología preocupante? Psicólogos y psiquiatras creen esencial evaluar cada caso de forma individual, sometiendo el adolescente a un examen psicológico para determinar si está realmente preparado para un cambio estético o la situación podría degenerar hacia el arrepentimiento. La convivencia de ambas disciplinas médicas (psicología y cirugía estética y plástica) es vital para determinar los casos expuestos. De hecho, en algunos países, tales como Argentina, las intervenciones estéticas justificadas con informes psicológicos que demuestren cómo está de afectado el adolescente e informes médicos que aseguren que su etapa de crecimiento se ha completado, quedan exceptuadas de prohibición.
En el caso del aumento de pecho, la intervención más solicitada, el Dr. Junco recomienda esperar hasta los 18 años, aunque en algunos casos concretos (mamas tuberosas u otras deformidades) puede intervenirse antes con el consentimiento de los padres y si el mismo cirujano lo considera. Evaluar el desarrollo completo de los caracteres sexuales secundarios y la capacidad de entender en qué consiste la intervención son los parámetros principales que deben tenerse en cuenta cuando el paciente es menor de edad.
