Médicos y demás especialistas, así como los medios de comunicación, bombardean a la sociedad con mensajes claros de los daños que el tabaquismo puede provocar en el individuo. La verdad, este hábito puede afectar a nuestra salud desde prácticamente todos los puntos de vista y, además, la situación llega a complicarse si se está planeando someterse a una operación de cirugía estética. Así pues, el tabaco no sólo es malo para la salud, sino también es peligroso en el ámbito que nos ocupa.
Una de las principales recomendaciones de los cirujanos plásticos es eliminar el consumo de tabaco, o al menos reducirlo, antes de someterse a una intervención estética. La advertencia no es capricho de los profesionales del sector, sino que está plenamente fundamentada en razones fisiológicas. En términos generales, es sabido que el abandono del tabaco antes de una operación reduce la aparición de posibles infecciones y evita alteraciones durante la cicatrización. De hecho, para los consumidores de tabaco cicatrizar puede ser todo un reto: la sustancia impide la llegada de oxígeno y nutrientes a la zona intervenida, dificultando una óptima recuperación de los tejidos.
Sin embargo, el tabaquismo no solo perjudica la cicatrización. La verdad, tanto el humo del tabaco como la nicotina alteran la circulación de la sangre de todo el organismo y, de forma particular, en la piel. Este tipo de complicaciones son especialmente frecuentes en aquellas intervenciones quirúrgicas en las que es necesario realizar un amplio despegamiento de los tejidos para la obtención de los resultados esperados. Es el caso de procedimientos como la mastopexia, la mamoplastia de reducción, la abdominoplastia, etc. Los pacientes fumadores deben dejar de fumar unas semanas antes de la cirugía y, además, deben ser advertidos de que el tabaco aumenta la posibilidad de complicaciones y riesgos.
Es importante destacar que no todas las operaciones de cirugía estética requieren dejar el hábito, pero sí al menos reducir el consumo al mínimo posible. La blefaroplastia, la rinoplastia o la otoplastia, por ejemplo, son intervenciones que no precisan de la eliminación del tabaquismo por completo, aunque hacerlo siempre sería una ventaja. Debemos recordar que, por motivos generales de salud, es siempre aconsejable abandonar el consumo del tabaco cuanto antes mejor.
En Dr. Junco, Cirugía Plástica y Estética informamos a los pacientes de las instrucciones necesarias antes de someterse a una intervención estética, siendo la eliminación del tabaquismo una de las recomendaciones más importantes en determinadas ocasiones. Las complicaciones y riesgos de una cirugía estética están en las manos del profesional, pero también en las del paciente. Evitar cualquier hábito que pueda ser perjudicial para conseguir el éxito en los resultados será una medida preventiva muy útil.