Mamas Tuberosas ¡Más vale prevenir que curar!

Cuando acude a la consulta de un cirujano plástico una paciente interesada en mejorar el aspecto de sus mamas, ya sea simplemente el volumen o además su forma, al llevar a cabo la exploración de sus pechos, tan necesario es analizar y darle a conocer la ubicación real de sus mamas en su tórax como advertir los rasgos diferenciales en cuanto a la forma de sus mamas y el grado de caída y/o tuberosidad en caso de existir.

Las mamas tuberosas, como ya hemos comentado en más de una ocasión y en artículos anteriores, de por sí suelen tener una ubicación en el tórax más baja y además lateralizada, con una separación entre ambas mamas mayor que cuando no lo son. Ambos aspectos van a condicionar el resultado final, y aunque suene muy rotundo, no son modificables durante la cirugía si perseguimos conseguir naturalidad en el resultado final. En este sentido, es de vital importancia que la paciente sea conocedora de estas limitaciones sobre todo si su pretensión es tener unos pechos más juntos y/o más altos. Si en el empeño de conseguir tal efecto los implantes se ubican fuera de su idónea localización el resultado final puede dar lugar a unos pechos más deformados de lo que estaban y la consiguiente insatisfacción de la paciente (Imagen 1).

Los diferentes grados de tuberosidad, hasta 4, visibles en la forma de las mamas, requieren de técnicas específicas para su corrección. En el transcurso de una cirugía de aumento de pecho, incluso los grados más leves de tuberosidad, considero importante su corrección para evitar magnificar la deformidad del pecho y provocar con ello pasar de una apariencia desapercibida de mama tuberosa a una evidencia clara tanto por la aparición de lo que denominamos “doble surco” (Imagen 2) como por el ensanchamiento del diámetro de las areolas (Imagen 3) o incluso la protrusión de esta y del pezón en forma de “chupete” (Imagen 4). Claro está que para conseguir evitar estas alteraciones la única manera es acceder y remodelar la mama a través de una cicatriz en el margen inferior de las areolas y mayormente, alrededor completamente de la misma. Por accesos submamarios y menos, a través axilar, es imposible corregir y evitar estos estigmas.

Siempre hay que ser transparente y exponer las expectativas reales en cuanto al resultados que en muchos casos no tan solo van a depender de la destreza del cirujano sino también de la respuesta que den los tejidos a las acciones realizadas durante la cirugía. En ocasiones, y dependiendo del grado de tuberosidad, en el posoperatorio inmediato podemos ya apreciar la corrección absoluta de la tuberosidad, pero en muchos otros casos será necesario esperar a la respuesta del propio organismo en el transcurso de los primeros 6-12 meses postoperatorios. En este camino y muy precozmente, desde hace 15 años contamos en nuestro centro con la ayuda de la radiofrecuencia médica Indiba Deep CareÒ para potenciar y favorecer la respuesta positiva y definitiva de los tejidos. En excepcionales ocasiones, y en casos extremos de tuberosidad, será necesaria una segunda intervención para acabar de remodelar la mama y hacer desaparecer estigmas de la tuberosidad original.

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Dr. Oscar Junco

Desde 2009 dirige su propio equipo “Dr. Junco, Cirugía Plástica y Estética” con sede en Hospital Cima de Barcelona, hasta mayo de 2024, y en Institut Mèdic Sarrià, desde junio de 2024; desarrollando toda su actividad quirúrgica en Hospital Cima de Barcelona, desde 2005.

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