La cirugía estética ya no es un tema tabú. Muchas personas admiten haberse sometido a la cirugía y cada vez se conocen más las distintas operaciones. Pero aún hay muchos mitos y leyendas entorno a algunas intervenciones y sus posibles resultados.
Una de las más conocidas es, sin duda, la Liposucción. Es importante aclarar que no es un tratamiento de la obesidad pero está destinada a corregir las zonas del cuerpo en las que persisten cúmulos de grasa rebeldes. La Liposucción tampoco está destinada a combatir la celulitis. Con la Liposucción se puede aspirar grasa de caderas, muslos, rodillas, brazos o abdomen, entre otras.
La liposucción puede realizarse en personas con un peso relativamente normal pero que tiene acúmulos de grasa en zonas localizadas. Es también muy importante, para obtener unos buenos resultados, tener una piel firme y elástica ya que la piel descolgada puede requerir de algún procedimiento adicional.
Los resultados de una liposucción no deben evaluarse hasta que no transcurren un mínimo de tres meses. Por lo tanto, los resultados de la intervención no son inmediatos.
La liposucción es una técnica segura cuando se realiza en un quirófano bien equipado y por un cirujano plástico cualificado. Se trata pues de una técnica efectiva para proporcionar un nuevo contorno corporal con mínimas cicatrices. Los resultados de la liposucción pueden ser permanentes, cuando se mantiene una dieta adecuada y se practica ejercicio periódicamente. Los pacientes que después de la liposucción ganan peso suelen hacerlo de forma más homogénea y no sólo en los depósitos localizados de grasa.
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